Bebe agua

Casi todos sabemos que el cuerpo humano esta mayormente compuesto por agua, entorno al 70 %, es por ello, que es fundamental su ingesta para el correcto funcionamiento, especialmente en verano es conveniente recordarlo, ya que la deshidratación por el calor es más fácil y la sed aparece antes.

Lo recomendable son dos litros de agua, que es lo equivalente a 8 vasos de agua de tamaño medio, aunque estas necesidades varían en función de la edad, estado fisiológico y condiciones climáticas. Es por ello, que hay que hacer especial hincapié en deportistas, niños y personas de avanzada en edad. Los niños tienen un mayor requerimiento de agua, al igual que las personas mayores, que además tiene menos sensación de sed, lo que contribuye a favorecer un nivel hídrico bajo en el cuerpo.

Además hidratarnos, el agua puede ayudar a prevenir problemas típicos del verano, como la cistitis, el estreñimiento, la fatiga, el dolor de cabeza o los golpes de calor, entre otros.

Los principales síntomas de la deshidratación son cansancio, irritabilidad, taquicardia, mucosas agrietadas, piel seca, ojos hundidos, disminución de la capacidad intelectual, disminución de la tensión arterial y orina concentrada y escasa, entre otros.